domingo, 28 de abril de 2013

Estamos capacitados para tener las personalidades que querramos, pero la muerte lo impide.


Tenemos en nuestros génes todas estas capacidades físicas y síquicas para tener varias personalidades.
Desde que nacemos adquirimos comportamientos necesarios para sobrevivir en nuestro medio social-natural; los primeros años de vida los vivimos con nuestros sentimientos y en algún momento de nuestro  crecimiento aflora la conciencia.
Con la conciencia, nos fijamos un YO y con él nos identificamos hasta el día de nuestra muerte.
Pero el Yo es un comportamiento con el cual nos acoplamos, nos acomodamos a nuestro medio social y natural para vivir en él lo mejor que podamos. La conciencia de nuestros actos, nos ratifica el YO que supuestamente somos. 
Si cambiáramos de medio, tendríamos un cambio en nuestro comportamiento y en nuestra personalidad y si usamos la fantasía, y suponemos que pertenecemos a un grupo de personas que no puede morir, (o que pueden vivir muchas centurias), entonces hipotéticamente, la vida nos permitiría cambiar de medio social-natural y también de personalidad o personalidades.
Nos acoplaríamos a cualquier grupo humano con la personalidad que se requiere en éste grupo, con las ideas y conocimientos necesarios; experimentaríamos vivir con distintas personalidades. 
Si viviéramos entre grupos violentos, viviríamos subyugados con el miedo a que nos hagan mucho daño; si viviéramos entre grupos intelectuales desarrollaríamos el hablar mejor, la comunicación, los conocimientos, la política, la moral; si viviéramos entre hambrientos, o en una época de hambruna, obtariamos por una personalidad de sobrevivencia para calmar el hambre, la sed, ya que estos síntomas son diarios y dolorosos; si viviéramos epidemias, entonces los dolores y las enfermedades serían los problemas a vencer.
Pero no tendríamos ninguna razón biológica para mantener una sola personalidad, si es que la vida nos diera la oportunidad de no morir.
Podríamos usar, para cada circunstancia, la personalidad, los elementos necesarios para vivir lo mejor que podamos en el medio social-natural en el cual nos encontramos.

Nuestro cuerpo está capacitado para aprender a pensar todo lo que otros humanos piensan, a sentir todo lo que otros humanos sienten, a intentar y alcanzar formas de vida distintas en distintas etapas; pero lo que la naturaleza no nos ha proporcionado es el tiempo necesario para vivir todas estas posibilidades.
Genéticamente estamos capacitados para cambiar de personalidad(es) pero la muerte no lo permite.
Dicho también de otra manera, nos permite algunas personalidades entre la niñez y la vejez, pero no nos permite vivir innumerables personalidades y cambiarlas innumerables veces, a pesar que nuestro organismo está capacitado para ello.


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Esta comparación tal vez nos ayude a comprender mejor la psiquis.
El estómago es un órgano digestivo que está capacitado para comer variedad de alimentos, pero el vegetariano lo usa sólo para comer vegetales, el religioso musulmán no consume cerdo, otros no consumen carne de vaca por ser sagrada, algunos no consumen frutas, productos marinos porque no hay en sus regiones, hay grupos étnicos que se alimentan con insectos, etc.
Nadie le da un uso completo por razones étnicas, religiosas, regionales, económicas, a pesar que el sistema digestivo está capacitado para ello.

El uso de la psiquis tiene un uso muy parecido.
Sólo usamos un pequeño porcentaje de su capacidad.
El mayor porcentaje no lo usamos por vergüenza a las ofenzas, por miedo a perder ya sea amigos, el trabajo, el grupo al que pertenecemos o al que queremos pertenecer, por desconocimiento...

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Otra comparación.
Las cuerdas vocales están capacitadas para emitir miles de sonidos pero, generalmente, las usamos sólo  para hablar nuestro idioma materno.
Los que hablan varios idiomas, están obligados a usar más sonidos, más fonemas de los que se usan en su idioma materno. Ellos utilizan las cuerdas vocales con más amplitud que aquellos que sólo hablan un idioma. (Igualmente los imitadores).
Osea, todos podemos aumentar el uso de nuestras cuerdas vocales, porque ellas están capacitadas para emitir miles y miles de sonidos.
Retomando la frase del título, diria: Estamos capacitados para hablar todos los idiomas, pero la muerte lo impide.